Relevancia de la reputación

Cada vez más la reputación comienza a ser el centro de las estrategias de comunicación y mercadeo en las empresas. El exceso de información que se tiene actualmente en el entorno digital ha generado una saturación en las audiencias al punto de quitarles la posibilidad de consumir conscientemente el contenido. El mundo viral está ocasionando un efecto contrario al que se pretendía, el hecho de tener gran cantidad de datos respecto a un tema era el ideal, sin embargo, a hoy, el cuidado de la reputación se ha sobrepuesto a la viralización, pues esta ya no cuenta con la demanda suficiente de consumidores y se ha convertido en paisaje para estos, ya que el volumen de datos no siempre les representa la calidad que esperan de sus temas de interés ni la confiabilidad de las marcas como fuentes.

El problema de la viralidad

El cambio en la mayoría de los algoritmos de las redes sociales, que ha respondido a temas de cuidado de la privacidad, ha sido uno de los limitantes de la viralización de información. Por eso, las organizaciones se han visto en la obligación de centrar sus estrategias en crear contenidos de valor que estén segmentados en función de sus públicos, para lograr con esto consolidar su reputación de cara al entorno, la competencia y el mercado. 

Con este panorama, la clave está en generar un insumo personalizado que responda a las necesidades de los clientes que tiene la marca. Ya no es necesario publicar desmedidamente, lo que sirve es conocer de primera mano lo que desean las audiencias y engancharlas con información que realmente les aporte, que les muestre algo innovador que marque la diferencia frente a lo que están acostumbrados a obtener de las marcas, esto permitirá mostrar a la organización como portadora de información de impacto y como líder de credibilidad del sector, lo que se traduce en un balance positivo de la reputación.