Podemos definir el storytelling como una disciplina que le permite a las compañías destacar y captar la atención de sus audiencias con una forma de comunicación más cercana.  Desde los orígenes del hombre, la principal herramienta de transmisión del conocimiento ha sido “contar historias”.  Hoy en un mercado saturado de información y de usuarios cada vez más inmunes a los impulsos tradicionales de los medios, el storytelling reivindica su lugar.

Su gran eficacia reside en la capacidad que tenemos para recordar historias o relatos gracias a la conexión y el vínculo emocional que se establece. Diversos estudios de neuromarketing han establecido que cuando se nos ofrecen datos fríos y argumentos objetivos, solo se “encienden” zonas muy limitadas de nuestro cerebro, necesarias para procesar esa información en concreto. A diferencia de lo que ocurre cuando nos cuentan relatos que involucran emociones. Compañías como Coca Cola, 3M, Apple o Ikea, son reconocidas por hacer uso de este recurso para conseguir una comunicación más efectiva y afectiva, tanto a nivel interno como externo.

Para lograr un mayor impacto en sus comunicaciones, todas las marcas deben estar en la capacidad de crear historias sobre su compañía, productos o símbolos. Por su parte, el papel del comunicador deberá estar enfocado en descubrir y darle vida a esas historias. Como afirma Nuria Vilanova, una reconocida consultora española en temas de comunicación y marketing:

“No preguntar qué tienes que sea noticia, sino que necesitas comunicar para que podamos crear una historia”.

Por donde comenzar

Aplicar acciones de storytelling en una estrategia de comunicaciones no es algo complicado, solo se requiere de un poco de creatividad y de conocer a fondo nuestra audiencia.  Las historias de cómo empezó una empresa, cuál fue el sueño,  que la motivó, cómo logró superar las adversidades para sacar adelante el negocio, qué idea estimuló el desarrollo de un nuevo producto o servicio, pueden servirnos como eje central.

Algunas pautas para tener en cuenta:

+ Es importante captar la atención del usuario desde el principio de la historia. La marca, producto o la empresa deben tener un papel protagónico.

+ Debemos convertir a los empleados en los protagonistas de la comunicación y por tanto de nuestro relato. Historias auténticas, espontáneas, contadas por sus protagonistas quienes viven una experiencia e invitan a la reflexión a través de la emoción.

+ Podemos apoyarnos en el leguaje audiovisual para darle más vida a nuestro relato.