Igual que en el mundo comercial, las personas se han dado a la tarea de consolidarse como marcas para lograr la atención del mercado y obtener oportunidades profesionales a través de diferenciales como su formación, valores, talentos y demás. La creación de una marca personal requiere una construcción estratégica que permita comunicar la identidad a través de una imagen que genere recordación en quienes la ven, tal cual como se hace en el mercadeo, para que al final la consuman, es decir, la contacten y generen relaciones de valor con la persona.

La tendencia actual ha humanizado a las marcas buscando que los clientes vean en ellas calidad humana y compromiso, pero a su vez, ha llevado a las personas a querer convertirse en marcas que sean consumidas como productos y servicios, generando en algunos casos éxito, pero también crisis, pues algunos profesionales descuidan su imagen personal en redes debido a sus discursos poco coherentes con su mundo offline. Se venden como ideales del mercado y no como realidades para el mismo y esto les resta credibilidad.

Las personas que decidan consolidar su marca personal deberán entender que este es un trabajo del día a día. No bastará con abrir perfiles en redes si estos no son administrados y visibles para las necesidades de las audiencias. Dentro de los tips para un posicionamiento efectivo de la marca, la persona deberá tener en cuenta primero la creación de un nombre que genere recordación de la mano de una descripción en palabras clave de lo que hace y qué es lo que la identifica, luego, es importante que segmente bien el contenido que quiere entregar y a quién lo quiere entregar por medio de una página o blog en el que su experiencia en determinadas acciones pueda ser comprobable. De ahí en adelante, la persona podrá consolidar su marca con el valor agregado que prefiera siempre y cuando esté basado en la ética y la inteligencia que se requiere para manejarse a sí mismo como una marca ante públicos siempre activos.