La reputación corporativa es uno de los activos intangibles que representa más importancia para la dinámica actual de cualquier mercado. Está basada en las percepciones que los diferentes públicos tienen sobre la marca, las cuales se construyen a partir de lo que se guarda en el cerebro, un mapa semántico; el cual se actualiza diariamente a partir de todos los estímulos que los usuarios reciben por los diferentes canales: medios de comunicación, redes sociales, círculo de amigos o familiares y mensajes publicitarios en diferentes entornos.
Además, la reputación se logra a través un trabajo realizado por la empresa durante años en diferentes aspectos como: el nivel de calidad de su producto o servicio, atención a los clientes, las comunicaciones con aliados, la cultura con sus empleados y el relacionamiento con los medios. Se debe gestionar a lo largo del tiempo desde estos diferentes frentes, implicando la participación constante de todas las áreas del negocio.
Ahora ¿cómo medimos efectivamente esta reputación? Hacerlo implica un análisis del efecto del mensaje de la marca en los usuarios y el impacto que este tiene en su vida. Colocando la lupa del analista en un ámbito externo, ajeno y no controlable.
Contar con un aliado que haga una análisis de forma independiente y que no tenga bajo su control la gestión de mensajes, es tener la posibilidad de leer información desde la imparcialidad, evitando nublar el camino hacia la obtención de insights objetivos.
Quienes miden la reputación tendrán que ejercer un papel neutral en la lectura de los datos. Uno capaz de ser asumido con naturalidad por un proveedor independiente, cuya labor se enfoque en entregar hallazgos confiables y oportunidades aplicables a la situación real de la empresa. Entregables que deben convertirse en materia prima permanente para la labor de las agencias aliadas, equipo interno y los freelancer que trabajen de la mano con la compañía.
Un insumo que debe recopilarse de forma periódica, gracias a que la fotografía reputacional de una marca cambia según la información que las personas van conociendo; la cual se modifica de manera acelerada.
